domingo, 23 de enero de 2022

PREGUNTAS Y APUNTES SEXTA OLA

 Cumpliendo con mi compromiso os dejo contestación a las principales preguntas recibidas desde mi última publicación. Gracias 

Mª Jesús:

¿POR QUÉ A VECES se infectan todos los miembros de una familia menos uno?

Las diferencias en la respuesta inmunológica frente a una infección en cada individuo es multifactorial: genética, estado vacunal previo, infecciones superadas con agentes patógenos similares, estado de salud, comorbilidad... Ya se están publicando estudios que sugieren o muestran cómo hay personas más vulnerables a la infección por SARS CoV-2 y otras no “han logrado” infectarse en ningún momento, ni en los momentos de mayor incidencia de las seis sucesivas. Factores relacionados con el estilo de vida  también puede ser determinante para cualquier enfermedad transmisible, como la alimentación, el descanso o el ejercicio físico. También sospechamos que la inmunidad cruzada puede ser relevante. Es decir, el hecho de que una persona haya estado expuesta en el pasado a otros coronavirus, algunos de ellos agentes de cuadros catarrales, puede hacer que hoy esté más protegida. De hecho, ya en la primera ola inicié una investigación que lamentablemente no he podido concluir a falta de muestra significativa (y de tiempo), titulada “Covid 19- Factores de Inmunidad Cruzada”, que inicié con la hipótesis de la existencia de algunos factores a descubrir que otorgarían un nivel de protección inmunológico muy superior a determinados individuos.

 

Miguel:

¿Es posible la reinfección?, ¿puedo reinfectarme si supero la infección y sigo conviviendo con familiares infectados?

Entre las causas más probables de obtener resultado positivo en PDIA (Pruebas Diagnósticas de Infección Activa) más de una vez en un corto espacio de tiempo podría ser la infección por diferentes variantes (primero delta y después ómicron). También he observado reinfección supuestamente concatenada en personas que en realidad no habían “terminado” con su proceso infeccioso inicial, dando lugar a pensar en dos infecciones consecutivas, siendo una realmente.

Sin embargo, no es imposible que se produzca una reinfección, incluso con una misma variante, por ejemplo ómicron. He visto varios casos de reinfección prácticamente concatenada y muchos en períodos cortos (en pocos meses).

 No debemos tras cumplir el período de aislamiento descartar que, aunque hayamos superado la infección, podamos aún ser portadores y por tanto contagiar a otras personas. Es fundamental que quienes hayan finalizado su “arresto” continúen manteniendo las medidas de protección ya el protocolo actual permite sin duda que muchos sigan contagiando, y también frente a otras personas infectadas, porque en determinadas situaciones de inmunodepresión, o por coexistencia de diferentes variantes, no es descabellado el concepto de recontagio.

 

 

Desi:

¿Qué ocurre si después de 7 días de cuarentena sigo dando positivo en test de antígenos?

No debemos confundir cuarentena con aislamiento. Cuarentena es el período sin interacción social impuesto a la persona que por haber estado en contacto estrecho con una persona infectada, se entiende que puede positivizar, y aislamiento es el tiempo mínimo que debe mantenerse la persona infectada sin contacto para dejar de ser contagiosa.

Si la persona tiene suficiente carga viral como para que obtenga resultado POSITIVO en test de antígenos el contagio no es imposible. Lo ideal sería mantener el aislamiento hasta la “negativización” demostrada en PCR. Algo impensable e inasumible dentro de las directrices actuales. Un resultado negativo en test de antígenos tampoco debe ser motivo de absoluta seguridad de imposibilidad de contagio. Por otra parte un resultado en PCR “positivo a ciclos altos” tras una infección, es preludio del negativo, y entendemos que la persona ya no es contagiosa.

Merce

¿en cuanto a las vacunas, es necesaria la tercera dosis? ¿lo sería con infección reciente?..¿y una cuarta?

Las personas mayores o de riesgo deben administrarse la tercera dosis o pauta completa sin duda alguna. Las vacunas han demostrado una clara disminución de la tasa de mortalidad por SARS CoV-2.

 En cuanto a las personas jóvenes y sanas que recibieron dos dosis (o una dosis si recibieron Janssen) que se han contagiado recientemente, teóricamente cuentan un grado de inmunidad mayor, "inmunidad híbrida”, puesto que además de contar con anticuerpos frente a la proteína “Spike” inducidos por la vacuna, contarían con otros frente a diversas estructuras del virus, por contacto con este mediante infección natural.

 Sin embargo, sabemos que el tiempo de protección no es ilimitado y muy variable de unas personas a otras, de hecho, las autoridades sanitarias recomiendan que las personas que han pasado recientemente la infección se vacunen también con la tercera dosis una vez transcurridos veintiocho días, y al menos cinco meses desde la recepción de la segunda dosis. Personalmente no soy partidario de terceras dosis en corto espacio de tiempo a jóvenes sin factores de riesgo, especialmente a menores, como he explicado en mi publicación sobre las vacunas de hace un año aproximadamente.

Estamos abocados a recibir cuartas, quintas, sextas dosis…Ya he comentado en otras oportunidades que la idea de vacuna esterilizante con el hijoputavirus es utópica, seguramente irán apareciendo mejores vacunas, o algunas que provoquen respuesta inmunitaria frente a diversos virus respiratorios como coronavirus e influenza (gripe).

 

 

Francisco José

¿es bueno mezclar vacunas? ¿SE SABE CUÁL ES LA COMBINACIÓN DE VACUNAS MÁS EFICAZ? ¿QUÉ PASA SI TIENES COVID-19 Y TE VACUNAS SIN SABERLO?

Las vacunaciones masivas con preparados que se han obtenido en tiempo récord no dejan de ser un gran experimento científico, sanitario e incluso sociológico. Sin embargo, tan experimental como necesario.

Los estudios actuales arrojan que las diferentes combinaciones mejoran la respuesta inmunitaria. Las distintas combinaciones posibles actualmente en nuestro SNS han demostrado su eficacia y su seguridad, al menos hasta la fecha. Como curiosidad, algunos estudios serios han concluído que dos dosis con AstraZéneca seguidas de un recuerdo con vacuna ARN- Pfizer o Moderna es la mejor combinación en cuanto al nivel de anticuerpos que consiguen. (Lo cual va en sintonía con lo que os comenté en su día en mi publicación sobre vacunas, perdón por las autocitas..)

El hecho de vacunarse mientras se padece la infección cualquier caso es desaconsejable porque aumenta el riesgo de respuestas inmunitarias intensas, además de aquéllos inherentes a la administración de cualquier vacuna.

 Si hay sospecha de infección, siempre se recomienda retrasar la vacunación, no obstante, no cabe duda que con una tasa de incidencia nunca antes alcanzada como en la sexta ola, manteniendo vacunaciones masivas, hemos vacunado a muchos infectados, mayoritariamente asintomáticos, y cierto es que hemos notado aumento de reacciones sistémicas, aunque poco graves con respecto a primovacunación, lo cual no estoy seguro de que se deba tanto a la infección subyacente como en sí misma a la tercera dosis.

Yolanda

¿No sería mejor dejar total libertad al contagio en vista de que no hay casos graves con la variante ómicron?

En cuanto a la variante Ómicron, se trata del mismo virus SARS-CoV-2 que ha logrado muchas mutaciones, especialmente en la zona de fijación con la membrana celular, mejorando esta interacción, facilitándola, de forma que es mucho más contagioso que las variantes originarias, llegando a desplazar a la variante delta (más letal pero menos contagiosa, aunque la OMS las incluyó a ambas en la lista de variantes de “preocupación”,  junto con las variantes alfa, beta, y gamma). Hemos visto que esta variante tiene menor afinidad por las vías superiores bajas (pulmones), por lo que origina neumonía con menor probabilidad, además de la protección parcial que nos otorgan las vacunas y el contacto natural previo con el virus.

Me consta que algunas familias y empresas han jugado a la “tortilla rusa” y se han expuesto deliberadamente al virus. Podría salir bien, pero algunos ya no lo cuentan. Tampoco es ético contribuir a la expansión de un virus potencialmente letal para muchas personas aún en la sexta ola.

 La mejor estrategia es protegernos con medidas físicas de barrera y distancia social, y mediante la inmunización mediada por vacunas, para que, en caso de que nos contagiemos, suframos la enfermedad de la manera más leve posible, y para no convertirnos en un nuevo vector. No olvidemos que el curso de una infección natural siempre es imprevisible. En función de todos los factores mencionados y de otros muchos, la posibilidad de que la infección nos afecte gravemente, nos deje secuelas o nos mate es real. Por otra parte, los niveles endémicos descontrolados de infección contribuyen a la aparición de nuevas variantes, que sin duda detectaremos en un próximo futuro, y que no deberían aumentar su letalidad pero tampoco es imposible.

Esther

¿tendremos mejores medicamentos para luchar contra la covid en un futuro?

La EMA (Agencia Europea del Medicamento), ha aprobado una nueva vacuna, Nuvaxovid, de la compañía estadounidense Novavax, con un porcentaje de prevención de enfermedad un 20% más elevado que la mayoría de las vacunas actuales.

También se han desarrollado dos nuevos tratamientos antivirales:

EVUSHELD (tixagevimab) y XEVUDY (sotrovimab), a base de anticuerpos monoclonales, que evitan la infección o bloquean la replicación del virus.

Esperamos la vacuna española de Hipra, muy prometedora.

algunos apuntes, lo que no se está contando en la sexta ola:

Me preocupa especialmente que a estas alturas muchas personas continúan sin querer enterarse de lo que está ocurriendo en realidad.

¡Sí! Es cierto que la variante Ómicron mata mucho menos en proporción a los infectados…Pero mata, a las cifras me remito…Sigo sin entender el motivo de la huelga de datos en fin de semana, pero cada día laborable nos llegan las noticias de muchos muertos ¿con o por? coronavirus…Mis condolencias para sus familias y mis recuerdos para ellos, ya que nunca son “pocos”.

Dicho esto, quizás a nivel social, político y económico, no podemos obviar el rastro de contagios no evitados con protocolos del todo ineficaces, de bajas laborales, como nunca antes hemos visto, el colapso de la Atención Primaria y su disfuncionalidad, que a pocos parece importar y también causa muertes, y el “llenito” de las UCIs que ya en su día pronostiqué, y aunque no es total, está obligando a expandir estas unidades a costa de paralizar otros servicios, y de dedicar muchos profesionales a tareas no cotidianas con el consiguiente riesgo para ellos y para los pacientes. Se están demorando intervenciones quirúrgicas, se restringen visitas a hospitalizados y todo esto sigue costando vidas, morbilidad, estrés y un gasto económico desmesurado que sin duda traerá consecuencias; la política de convivencia con el virus, de la no anticipación, de ir siempre por detrás de la ola que nos ha pasado por encima, es lo que tiene..

“Veo” y/e intuyo muchas personas que sabiéndose enfermos no lo declaran por motivos económicos, también empresarios, quizás directores de centros con personas vulnerables…

Demasiados casos de contagio entre personas que estuvieron en contacto con personas “covid+” hace más de ocho días…Sospecho que el tiempo de incubación es muy variable y a veces prolongado.

Y lo que me parece muy relevante en esta ola es que la estamos surfeando sin tabla, ya que la disminución del tiempo de aislamiento a siete días es casi siempre insuficiente como están demostrando algunos test de antígenos y PCR seriados donde habitualmente observamos positivos mantenidos, ocho, diez, doce…y en algunos casos veinte días después, sin duda con posibilidad de contagio.

Me sorprende que aún hoy día algunos pacientes pregunten

-…pero por aquí…¿Tenemos casos?

…O lo que me sigue llamando poderosamente la atención, que no identifiquemos como síntomas: tos, moco, hipertermia, dolor de garganta…siendo los más habituales, seguidos de cefalea, síntomas gastrointestinales, astenia…¡LO PRIMERO ES DESCARTAR CORONAVIRUS!!!

No quiero hoy hablar del descontrol absoluto de los centros escolares y geriátricos, totalmente abandonados a su suerte en esta sexta ola, preludio de una “gripalización” que llegará seguro, pero no cuando lo decidan los políticos, más bien cuando al bicho se le ponga entre las pelotas, aunque en alguna medida también en concordancia con el modo de gestionar la pandemia.

Como ya os comentaba en publicación anterior, tenemos asegurada sexta ola larga. Una pena.

¡SALUD!



 

 

 

sábado, 8 de enero de 2022

¿Qué está pasando en la sexta ola?

Desesperación, contrariedad, irritación, tristeza, ira, ansiedad e insomnio también son síntomas persistentes de un covid recurrente, cuyas sucesivas olas nos pillan surfeando bajo el sol, y nos pasa por encima cual tsunami arrollador. 

Surgen una vez más inevitables e incómodas preguntas de difícil contestación: 

 ¿Pudo evitarse esta vez? 
¿Hay vida inteligente al mando del control de la pandemia?
 ¿Por qué tanta mentira?...y, ante todo…¿Cuáles son los objetivos en este momento?
 ¿Cómo pinta el futuro que nos aguarda? 

 A pesar de la complejidad de las respuestas, merece la pena intentarlo por el interés que para mi suscita el pleno ejercicio de la EpS (Educación para la Salud), competencia expresa de profesionales enfermeros y médicos especialistas de enfermería /medicina Familiar y Comunitaria, con su máximo exponente en la Atención Primaria y que, salvo honrosas excepciones son pocos los valientes que generalmente por iniciativa propia, de forma altruista y aislada, han tomado parte a través de diferentes medios de difusión para explicar la VERDAD de lo que está pasando. Mi máximo reconocimiento para aquellos otros valientes no sanitarios ni necesariamente periodistas que se embarcaron en su momento en este empeño, y cuyas investigaciones y divulgaciones también han contribuido a salvar vidas evitando tanto engaños como la filtración de informaciones edulcoradas que solo propician la infravaloración del mal pandémico que nos asola como las siete plagas del Apocalipsis (ojalá se quedasen “solo” en siete). 

Cuando más se necesita información veraz, actualizada y contrastada es precisamente en los momentos de dificultad. Los conocimientos y experiencia de profesionales sanitarios y de otros científicos permite adoptar medidas acertadas, evita conductas absurdas y arriesgadas, mejora la adaptación y predispone la correcta diagnosis, lo que será fundamento de predicciones y pronósticos en la línea del conocimiento y evidencia científica. El sinsentido es apoyarse en expertos inexistentes y tomar decisiones puramente políticas sobre la marcha y sin el consenso de los diferentes Consejos Profesionales como mínimo. 

En esta ocasión veíamos cómo la denominada sexta ola avanzaba por Europa, cruzándola desde el Este, provocando serios problemas a su paso; la aparición de la nueva cepa Ómicron reemplazando rápidamente a la variante Delta tampoco fue motivo de alarma para nuestros gobernantes que lanzaban sus típicos mensajes de tranquilidad infundada: ”Aquí estamos mucho mejor porque hemos logrado uno de los mayores índices de vacunación..” y bla, bla, bla. Empeñados en exigencias poco efectivas para contener los contagios como el pasaporte covid, como si el hecho de estar vacunado nos blindase, y lo que es peor, enviando este nuevo mensaje tranquilizador envenenado a la población que se contagiaba alegremente con la mayor “normalidad”, eso sí. 

Ni certificados vacunales, ni mensajes de serenidad masiva sirvieron para evitar el sexto golpe de ariete de una misma pandemia-endemia de este mundo globalizado que no ha sabido encontrar el acuerdo en un momento de crisis sanitaria que lo arrasa…bueno, en algunos pequeños países ni siquiera lo buscamos, y diecisiete sanidades diferentes en un “sálvese quien pueda” pugnan por ideales políticos de dudosa credibilidad, e intentan contentar o poner en evidencia al decimoctavo en discordia que ostenta el poder ejecutivo según el color de su partido, o del sol que más calienta.

 En estos momentos, a nueve de enero, con una tasa de incidencia desorbitada que sobre cien mil habitantes a catorce días supera en muchos territorios los tres mil casos confirmados mediante PDIA, cifras tan espeluznantes como ficticias, ya que los protocolos vigentes en sanidad eluden rastreo y estudio de contactos a vacunados y asintomáticos con lo que vemos tan solo una parte del iceberg; de hecho algunas estimaciones hacia las cuales me inclino hablan de una tasa de incidencia acumulada real que rondaría los diez mil casos por cien mil habitantes en varios territorios, lo que implica en cualquier caso una transmisión comunitaria totalmente incontrolable en el punto donde estamos. De poco sirven ahora test, cribados masivos, y todo el sobreesfuerzo que hacemos los “Responsables COVID” en Atención Primaria, más allá de gastar recursos de todos, agotar e infectar a profesionales y hacer creer a la población que lo que hacemos sirve para controlar algo. 

No podemos seguir trabajando sin objetivos claros, por eso y contestando a mi primera pregunta autoformulada: 

 Sí, señores, hubiera sido parcialmente evitable el sexto ostiazo si en el primer momento en que la curva de contagios mostraba un ascenso exponencial se hubiera indicado claramente a la población que muy a pesar de las vacunas, el contagio era tremendamente fácil, si se hubiese comenzado a realizar cribados masivos y adoptado medidas como explicar con suficiente antelación que reunirse en los festejos navideños diferentes unidades familiares era una especie de “tortilla rusa” que poco menos que aseguraba la transmisión del hijoputavirus…¡Fun, fun, fun! 

Francamente, ya pasada la colación de Reyes y a punto del comienzo de las clases en todos los centros educativos de manera presencial porque según los que nos gobiernan y marcan el ritmo de contagios “no puede ser de otra manera” comenzando el año 2022, asistiremos, a diferencia de otros países europeos a una ola particularmente larga, eso sí, manteniendo el objetivo de seguir con esta hipócrita “normalidad” hasta que las UCI se colapsen que es cuestión de tiempo, porque la estadística dice que aunque las vacunas han logrado disminuir la morbilidad hospitalaria y la letalidad notablemente, siendo la variante ómicron además menos afín por el tracto respiratorio inferior, al menos cuatro de cada mil personas acabarán siendo valoradas en Atención Especializada, y de estas, una de cada treinta acabará en UCI, por tanto, en semanas, muchas de estas unidades de cuidados intensivos llegarán al colapso, con toda la repercusión que esto trae para la correcta atención de los enfermos no-covid, para las listas de espera quirúrgicas, y para el buen funcionamiento del sistema en general. 

 Quizás, llegados a este absoluto caos incontrolable, sería más honesto declarar a la sexta ola “gripe”, y dedicar el esfuerzo en recursos y personal sanitario a la atención de las personas que enfermen por covid y por otras patologías, poniendo especial atención a personas vulnerables por comorbilidad o edad, o por indefensión/soledad, tendrían en este apartado una misión fundamental los trabajadores sociales. No nos dicen que no se hace rastreo porque es imposible debido al porcentaje de población infectada, que no se hizo a su tiempo por el empecinamiento en salvar la campaña navideña en cuanto a consumo (por criterios económicos), pero poco a poco iremos viendo más restricciones, como ya vemos en el sector hostelero, en el ocio…etc, cuando la saturación de los hospitales y de los profesionales lo determine. Me invade y apena una pesada sensación de hastío, de incredulidad, de incertidumbre después de dedicar durante dos años gran parte de mi esfuerzo a controlar la expansión del covid en una preciosa Z.B.S. del bierzo como es Villafranca, y de poner todo mi empeño para que no se repita una situación ni parecida a la que vivimos en la primera ola en mi residencia de La Bañeza, sinceramente estoy hasta las gónadas, viendo cada día enfermar a compañeros, haciendo cribados para detectar contagios en sintomáticos que precisarán baja laboral, sin rastrear en su entorno donde se autorrastrean algunos con finalidades discutibles, y supliendo a compañeros incluso en mi periodo vacacional por falta de efectivos, lo cual haría gustoso si no fuera porque PUDO SER EVITABLE, y con esto, contesto explícitamente a la primera de las autocuestiones porque las otras quedan contestadas implícitamente entre las líneas de este texto, con vocación de misil.

 Cuesta entender las contradicciones protocolarias como la cuarentena-castigo a los no vacunados, muchos de ellos no infectados mientras los vacunados infectados asintomáticos campan a sus anchas, contribuyendo a esparcir el desastre con consentimiento de las autoridades. Choca que quien quiera ocultar síntomas pueda hacerlo y llevar una vida sin restricciones con la prudencia de otros que se saben contactos y deciden aislarse por su cuenta sin que ninguna autoridad se lo indique. No deja de sorprenderme que se prohíba ocio, haya restricciones en eventos culturales y restauración a la par que se envía a cientos de estudiantes y escolares a un contagio altamente probable cuando es posible y aconsejable la no presencialidad. Me espanta que en geriátricos hasta la fecha se haya incidido en mantener visitas y salidas “porque las secuelas de no permitirlo son tan dañinas como el covid”, pero curiosamente el 07 de enero la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León estrenaba guía de recomendaciones y pautas restrictivas, que quizás hace tres semanas hubiesen sido más provechosas.

 Para despedirme no puedo ser muy optimista, viviendo un sindiós permanente durante dos años, cumpliéndose por desgracia cada una de mis predicciones, e incluso superando mis nefastas expectativas. Habrá nuevas olas y nuevas variantes, como la Pi, la Rho, la Sigma…terminaremos con la nomenclatura por alfabeto griego, aunque solo espero que no afloren variantes de letalidad elevada, que por mucho que nos digan, y aunque no es lo más esperable, lamento decir que es posible en tiempos de pandemia-endemia, cuando todos formamos parte de un gran experimento que nos ha obligado a poner los pies en tierra (a muchos a los que recuerdo, bajo la misma) y a vivir sin muchos planes.

 No dudo que habremos como mínimo de vacunarnos de forma anual, al menos grupos de riesgo, de forma muy similar a lo que ocurre con la gripe…y espero pronto una vacuna polivalente “gripe-coronavirus”, ojalá una vacuna esterilizante (no será fácil), mientras tanto, aguantaremos todo tipo de ocurrencias de nuestros gobernantes, y como ovejas, una mayoría en decrecimiento, seguirá a su pastor aunque les lleve al precipicio en lo económico y en la salud.

 ¡Feliz 2022!




 Próximo vídeo de respuestas a vuestras preguntas que recibiré en la dirección de correo: laotraenfermería@gmail.com