domingo, 24 de enero de 2021

MALAS NOTICIAS EN LA TERCERA CRESTA

     No os podéis ni imaginar cuanto lamento no haberme equivocado en mis pronósticos para la evolución de la pandemia en el período postnavideño “si antes no se adoptaban medidas restrictivas…” (perdón por la autocita) sí, se limitó ligeramente la movilidad entre territorios y el número de comensales a la mesa en las colaciones, ¿Y qué? Estas medidas para cumplimentar expediente, mientras se relajaban otras para que a nadie se le ocurriera decir que a nivel gubernamental no se hicieron los deberes, además de insuficientes y poco eficaces, no tuvieron repercusión entre una mayoría de población hastiada y confundida por los repentinos cambios en los procedimientos, protocolos, medidas e informaciones dispares según el territorio y lo que es peor, pocas sanciones para los incumplidores, salvo para los que más “venden”: los cuatro gilipollas del botellón, denunciados por vecinos cansados de ruido y fiesta en horario prohibido; en esto ha consistido la desinformación de los últimos meses, en culpabilizar a los jóvenes por su actitud irresponsable.

    Desde mi punto de vista, y vaya por delante mi condena a toda conducta que pueda constituir riesgo de contagio, debo decir una vez más, que el ámbito familiar es clave en la transmisión del virus. Si hacemos el mero ejercicio de anotar todos nuestros contactos de un día, y pedimos a cada uno de estos que hagan lo mismo, veremos que nuestro círculo real es mucho mayor de lo que aparenta. Si esto lo extrapolamos a los pequeños excesos e infracciones “justificadas” navideñas, donde muchos han respetado o se han aproximado a la norma numérica máxima de congregación bajo un mismo techo, pero se da la circunstancia que han estado cambiando de techo casi como de calzoncillos, con lo que el hijoputavirus, circula alegremente, feliz por las bajas temperaturas que nos dejó la otra ola polar, y haciendo de las suyas saltando de casa en casa, a empresas, a lugares públicos, y paseándose por donde le apetece: supermercados, centros comerciales…

    Llevamos un par de semanas terribles, con un unos datos de incidencia acumulada de 800 COVID+ por cada 100000 habitantes a nivel nacional, y con algunas comunidades superando con mucho esta tasa (como mi Castilla y León con más del millar). Cabe recordar, que el riesgo extremo lo situaban nuestros excelsos expertos en 250/100000.

    Cuando os decía en mi particular felicitación navideña que la “Tercera Ola estaba servida” no albergaba duda alguna a la vista de la escasez de medidas efectivas. Sigo echando de menos la EpS (Educación para la Salud), carencia que he venido denunciando desde hace ya un año, para lo cual es imprescindible que la información sea real, aunque sea pavorosa y que los intereses políticos nunca se antepongan a las vidas. Demasiado tarde, caemos una vez más en la “desinformación”, en vanalizar el impacto de las nuevas cepas, como la británica o la sudafricana, en “desalarmar” a toda costa.

    Por eso mi mensaje no puede ser otro que PROTÉGETE Y PROTEGE A TU FAMILIA, y para eso:

  • 1.       Evita todo contacto humano innecesario: no es momento de tomar cañas, ni de fiestas, celebraciones o invitaciones.
  • 2.       Extrema la precaución en el lugar de trabajo: no debemos juntarnos a la hora del café ni hacer reuniones presenciales. Contamos con medios para comunicarnos a distancia que debemos primar. Teletrabaja si estás entre los afortunados que pueden hacerlo.
  • 3.       Evita visitar a tus mayores y familiares con problemas de salud  siempre que sea posible; si has de llevarles objetos, compras, etc, o recoger algo, lo harás sin contacto físico, dejando o recogiendo estas cosas en la puerta.
  • 4.       En lugares con afluencia importante de personas: por ejemplo supermercado, grandes almacenes, debes ser cauto, toca únicamente aquello que vas a comprar, y al llegar a casa desinfecta envases (con la mayor precaución en el caso de los alimentos), saca de los envoltorios todo cuanto sea posible, realiza las compras en establecimientos donde las medidas de seguridad sean reales, y no solo “de cara a la galería”.
  • 5.       Utiliza correctamente la mascarilla, renuévala como mínimo una vez al día, y será quirúrgica (evita las de tela), o mejor si es FFP2 o FFP3 sin válvula. No debe reciclarse, ni tocarse por fuera, ni retirar en presencia de otras personas ajenas al núcleo familiar de convivientes.
  • 6.       Ventila todas las estancias con frecuencia. Especialmente aulas, lugares de trabajo, oficinas, etc.
  • 7.       Cualquier síntoma del tipo de los siguientes: febrícula, fiebre, tos, cefalea, dolor muscular generalizado, erupciones cutáneas, diarrea, náuseas, vómitos, pérdida de olfato (anosmia) o del sentido del gusto (ageusia), mucosidad excesiva, dolor o molestias en la garganta, conjuntivitis, rinorrea (secreción nasal)…pueden mostrar entre otras cosas un COVID, piensa en ello como primera opción, ahora bien, con la que está cayendo, no expongas a otras personas, contacta por teléfono con tu centro de salud, y deberían valorar tu caso. Con un gran porcentaje de probabilidad se te solicitará una prueba diagnóstica (test de antígenos o PCR), y mientras tanto, quédate en casa, aíslate, y ve confeccionando una lista de todos tus contactos de los últimos cuatro o cinco días (aunque algunos protocolos solo contemplen dos o tres).
  • 8.       Especial cautela la que debemos mantener los sanitarios,  maestros, profesores, cuidadores, y en general cualquiera que por su trabajo se vea obligado a tener a su cargo a personas dependientes, alumnos o pacientes. Debemos cuidarnos para cuidar, y vacunarnos prioritariamente como acto de solidaridad.  Recuerda aquella máxima de “preocuparse más por contagiar que por contagiarse”. Mascarilla FFP2 para todos ellos.
  • 9.       No debemos relajarnos a pesar del tiempo que llevamos tomando medidas poco agradables, no solo hay que mantenerlas sino extremarlas…”Toda precaución es poca…”
  • 10.   Si estás a la espera de una prueba diagnóstica, debes mantenerte en aislamiento estricto hasta que se te indique lo contrario, ni se te ocurra ir de compras o al bar, mucho menos utilizar transporte público que debes evitar desde desde el momento inicial. Y si se te pauta cuarentena, cúmplela totalmente y procura mantenerte aislado en este período aunque no tengas síntomas.

 

      Esta nueva ola, fruto de la inacción u omisión del deber de nuestros máximos responsables, tanto como de las pequeñas y no tan pequeñas infracciones individuales, nos sitúa en el peor de los escenarios, y nuestro país está sufriendo especialmente el impacto de la pandemia por los datos de mortalidad y morbilidad y por los económicos que apuntan a una situación mantenida de recesión, con un horizonte poco halagüeño y posibilidad de quiebra total de nuestro sistema, el de un país cuya máxima aportación al PIB proviene del turismo. La pandemia ha traído la “pancrisis” con todas sus subcrisis: sanitaria,  social, informativa, económica y política, en un caldo de cultivo un tanto viciado que deja poca imaginación libre para la esperanza. Los datos ya nos sitúan en peor posición con respecto a la Tercera Ola que Reino Unido donde su cepa importada sigue causando estragos, y la curva de contagios, es bastante rectilínea, apuntando al cénit, más parece la estela de un cohete.

    Quienes me pedían un pronóstico en septiembre, obtuvieron con incredulidad por parte de unos cuantos algo parecido a la situación que hoy vivimos, eso sí, pasando por un confinamiento prenavideño que nunca se produjo ¡inocente de mi! Ahora nos tocará someternos a progresivas restricciones y si este arresto domiciliario no llega, estaremos condenados al fracaso total en la campaña de vacunación, al colapso de las UCI, y a los “triajes asesinos” para decidir sobre la vida dada la escasez de medios disponibles. La presión hospitalaria es brutal, y de nuevo, hay personas a la espera de intervenciones quirúrgicas, de pruebas diagnósticas, de tratamientos…que se retrasan una y otra vez, y entre ellos habrá víctimas indirectas del COVID por desatención. Espero que no volvamos a caer en el “semueranlosviejos” de La Cresta de la Primera Ola, porque tiempo ha habido, más que de sobra para organizarse y evitar esta masacre silenciosa y resignada de nuestros ancianos.

 

    Tampoco entiendo que en los colegios no se hagan cribados, cuando sabemos que la mayoría de niños y jóvenes son asintomáticos (no tanto con la cepa inglesa), pero ha prevalecido el empecinamiento de mantener la actividad lectiva presencial a cualquier precio, por lo que parece tampoco ha habido tiempo de articular medidas para realizar clases online, o cribados específicos entre alumnos, personal docente y no docente; como Coordinador COVID colegial del centro educativo de mis hijos, no puedo más que rabiar, por ver la ligereza con que se aplican las medidas por parte de la Administración Educativa, como si subyacente, imperase la intencionalidad de esconder bajo la alfombra, lo que la realidad casi siempre acaba por destapar.

 

    En todo este caos de malos augurios, el pronóstico a medio y más aún a largo plazo, de ninguna manera puede ser muy favorable. Tampoco me equivoqué aún en verano cuando dije que la carrera por las vacunas nos traería unos principios del veintiuno cargado de buenas noticias. Eso sí, mejores noticias que resultados, porque a los “accidentados” suministros y reparto de dosis se le une el pico más álgido de la pandemia hasta la fecha, lo cual indudablemente va a retrasar aún más la administración de unidades vacunales al no estar indicada su administración a personas en cuarentena, ni infectadas, o a quienes entre una dosis y otra están en contacto con contagiados, o ellos mismos se contagian…Perderemos sin duda muchas unidades  por esta grosera falta de previsión. Una pena que no hubiese servido todo este desastre para centralizar el SNS bajo un mando único y a cargo de expertos de verdad, de los que se las trae bien floja la política, y que no nos bombardearían con edulcorantes y eufemismos de una realidad de pesadilla, evitando el terrorismo de la falacia, la cochina mentira de “las mascarillas solo sirven para dar una sensación falsa de seguridad…”, “solo tendremos como mucho uno o dos casos…”, “será una especie de gripe…”, “no hay motivos para la alarma…”, “hemos doblegado al virus…toca disfrutar del verano…”, “nadie quedará atrás…” y así hasta un sinfín de dañinas arengas, eslóganes publicitarios y consignas repletas de falsedad y de dudosa intencionalidad.

 

    No os confundáis, para nada tengo interés político alguno. Ni estoy afiliado ni milito ni me interesa más allá que a cualquier ciudadano contar en este tsunami de incompetentes, de una puñetera vez con una “clase” política que cobre solamente por hacer su trabajo que es básicamente administrar los recursos de nuestro país de forma inteligente, justa, y en beneficio de todos. Da la impresión que estamos muy lejos de algo así. No han sabido proteger ni siquiera lo más valioso, que es la salud, aunque sí su bolsillo.

 

¿Qué propongo?

    -Una sanidad única para todo el estado, del tipo del antiguo y tristemente extinguido INSALUD, estatal, igualitaria, de compras centralizadas con posibilidad de derivar enfermos a otras provincias y comunidades cuando haya saturación o colapso de hospitales, y bajo una dirección de auténticos expertos sanitarios.

    -Unas directrices con criterios iguales y estandarizados para toda la población: me refiero a medidas de aislamiento, días de confinamiento, pruebas diagnósticas, cribados, rastreo, medidas extraordinarias. No es tan difícil establecer rangos de incidencia y niveles restrictivos en función de los mismos, ¡me ofrezco voluntario!

    -Información veraz y continua por RTVE, acerca de los datos y de la evolución de la pandemia, incluso en fines de semana. Solo expertos acreditados y “apolíticos” deberían actualizar los datos y explicar las medidas adoptadas.

    -Pedir responsabilidades a quienes no han hecho bien su trabajo, han mentido deliberadamente o han sido negligentes o temerarios en la gestión de la pandemia.

    -Honrar a todas las víctimas del COVID, y hacer que los certificados de defunción recojan esta causa de muerte en los casos en que hubo sospechas fundadas. Esto sí me parece "Memoria Histórica" (reciente).

    -Retirar del SNS a aquéllos (minoría) que han utilizado “bajas laborales preventivas” para evitar riesgos, a los que tienen demasiado miedo para ver pacientes en persona, a los que se han dedicado a aprovecharse de la situación epidemiológica para tomarse unas interminables vacaciones, o a los que han empleado métodos nada éticos o alejados del Código Deontológico para “despachar” a sus pacientes. Debería facilitarse que los sanitarios con factores de riesgo acreditados pudiesen estar en una segunda o tercera línea, pero hay que continuar valorando y mirando a los pacientes a la cara. 

    -Permitir a los enfermeros Responsables de la Vigilancia Epidemiológica y de las campañas vacunales de los centros de salud que organicen la campaña antiCOVID de sus zonas de influencia, evitando que se desaproveche o “pierda” una sola dosis, las cuales se  deberán distribuir según un programa perfectamente organizado.

    -Evitar en todo caso que las personas sintomáticas tengan que esperar más de 24 horas para realizarse una PDIA, e iniciar inmediatamente el rastreo. Recibir el resultado de las pruebas PCR en un período máximo de 24 horas.

    -Restablecer el confinamiento de 14 días frente al de 10 días.

    -Testeos masivos en todo centro sanitario público o privado, farmacias adscritas con medidas adecuadas, bajo la supervisión de enfermeros expertos.

    -Pasar todas las competencias en gestión COVID de los centros educativos a las Consejerías de Sanidad, en vista de las diferentes, curiosas y sorprendentes interpretaciones de las Direcciones Provinciales  y de las Consejerías de Educación, implantando la figura necesaria del Enfermero Escolar, con capacidad para realizar test y rastreos en los centros y en el entorno de los alumnos/pacientes COVID+. Habría que evitar que a la hora de dotar de material de protección: EPIs, mascarillas, filtros HEPA…se hiciese distinción entre los centros públicos y los que no lo son, todos formamos parte de la misma sociedad, y el virus no distingue. ¡¡Salud Pública!!

    -Exigir y vigilar el cumplimiento de normativas de seguridad serias a supermercados, empresas, centros comerciales, de ocio, bares y restaurantes, estaciones de servicio, transporte público, aeropuertos…

    -Potenciar, promover y facilitar las tareas de investigación. Hoy día contamos con medios para realizar algunos estudios o parte de ellos con la sola autorización para tener acceso a determinados datos clínicos y permisos para realizar mailing masivos entre profesionales sanitarios.

    -Controlar, testear y hacer seguimiento a toda persona que entra en territorio nacional.

    -En este momento sería necesario el temido "Confinamiento Domiciliario", es odioso, es terrible, pero es lo más efectivo, y solo esto nos permitirá a estas alturas finalizar la campaña vacunal antes del verano y restablecer la actividad comercial, turística, empresarial y por tanto económica. Mejor cuanto antes. De otro modo también se puede pero costará caro en dinero y en vidas.

 

En la era del hiperconsumismo, de la comunicación vacía de contenidos, de la inmediatez, por estar hasta los mismas gónadas de tanta idiotez ilustrada políticamente correcta, os digo que no será fácil volver a ese status del bienestar del que procedemos la mayoría y que se va alejando como un espejismo de lo que fue algún día que ya parece lejano bien guardado en el baúl de los recuerdos…no mientras sigamos en una línea de actuaciones radicalmente erróneas, el inicio de la recuperación se antoja aún lejana e improbable. Nos tocará aprender a base de hostias, aunque dicen los pedagogos que no es el mejor método. Por cierto, "casi todos" saldremos de esta, algún día, pero mejor será que la celebración la hagamos cuando eso ocurra.




1 comentario:

  1. De acuerdo con todo lo que nos compartes en tus apreciaciones, opiniones, consejos y hasta soluciones que son de total sentido común. Algo que, se ve meridianamente claro, no existe en los "expertos" que están haciendo y deshaciendo, cada cuál a su "bola", el manejo desastroso de esta situación de crisis médica, cambiándola por crisis política prioritaria.

    Pero si estoy mucho más de acuerdo y quiero con ello resaltarlo, y apoyarte porque es algo muy sangrante que padecemos TODOS y más en entorno rural, es esté párrafo :

    -Retirar del SNS a aquéllos (minoría) que han utilizado “bajas laborales preventivas” para evitar riesgos, a los que tienen demasiado miedo para ver pacientes en persona, a los que se han dedicado a aprovecharse de la situación epidemiológica para tomarse unas interminables vacaciones, o a los que han empleado métodos nada éticos o alejados del Código Deontológico para “despachar” a sus pacientes. Debería facilitarse que los sanitarios con factores de riesgo acreditados pudiesen estar en una segunda o tercera línea, pero hay que continuar valorando y mirando a los pacientes a la cara.

    Gracias por tu gran labor profesional y, especialmente humanitaria. Esto último se está echando mucho de menos en las relaciones con los médic@s. L@s enfermer@s, en su gran mayoría, siguen dando lo mejor que pueden y/o les dejan...Qué esa es otra cosa diferente, que les dejen !

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